«¿Cómo se usan las comillas?». «Se pone una delante, la de apertura, y otra detrás, la de cierre». «Y ¿para qué se usan?». «Para cantar, ¿tú qué crees?». «Yo no creo nada, tú eres el que lo sabe todo. Listo, que eres un listo».
- Citas textuales: «Sobreviven los que se adaptan mejor al cambio», dijo Darwin.
- Diálogos y pensamientos que aparecen dentro de un párrafo: Fidel me aconsejó: «Deberías comerte las acelgas». «Ni loco me como eso», pensé yo.
- No se usan para citas indirectas: El chico pensó que podría saltar hasta el edificio de enfrente. (x) El chico pensó que «podría saltar hasta el edificio de enfrente».
- Apodos entre el nombre de pila y el apellido*: Sergio «Kun» Agüero marcó el primer gol del partido.
«¡El Kunsito!, ¡aupa Atleti!». «¿De qué hablas?». «Es que me canso». «Pues anda que no queda…».
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Se utilizan las comillas de cierre para pensamientos o palabras de un personaje en un diálogo que consta de varios párrafos:
—Finalmente encontré el valor necesario para entrar en su habitación —dijo Sachs—. Ese fue el punto de partida. […] Si no hubiese encontrado eso, creo que ninguna de las otras cosas habría llegado a suceder.
»Era el estudio sobre Alexander Berkam, una reconsideración de su vida y de su obra en algo más de cuatrocientas cincuenta páginas.1
- Títulos de conferencias, ponencias, discursos, exposiciones: Se ha clausurado con gran éxito la exposición «Las vanguardias rusas» en Madrid.
- En títulos de libros que tienen a su vez el título de otra obra, siempre que se cite al completo: Deberán consultar la monografía titulada El tiempo en «Cien años de soledad».
- Partes dependientes de un libro, periódico o revista como capítulos, apartados, poemas, artículos, etc., que por su longitud solo conservan la mayúscula inicial: Su artículo «Los pobres son más generosos» se publicó en el diario Tiempo el día 28 de agosto.
- Títulos de leyes*, programas, planes, proyectos, asignaturas, cursos, etc., que por su longitud solo conservan la mayúscula inicial2: Como asignatura obligatoria se imparte «Lingüística aplicada a la enseñanza del español como lengua extranjera».
- Palabras o frases sobre las que se quiere llamar la atención (ironía, acontextualidad)*: Parece que a Urdangarín le iba muy bien en sus «negocios».
- Palabras descritas en contextos lingüísticos: En la oración «Me gusta tu casa» el sujeto es «tu casa».
«Y si hay punto, ¿la comilla se coloca delante del punto, detrás del punto, un espacio y después el punto, o el punto, luego un espacio y luego la comilla?». «Espera. Repite». «Delante del punto o detrás del punto; o un espacio, la comilla y el punto, o un espacio punto, comilla, punto, comilla, espacio, comilla, punto». «Eso es no puntuación, es morse». «Listo, que eres un listo.
»A mí me han dicho que depende». «¿De qué depende? ¿De según cómo se mire?». «Depende de si la frase es un enunciado completo o pertenece a oración más extensa. Listo, que eres un listo». «Pues no, no depende, va después, siempre después». «¿Siempre después?». «Sí, siempre después». «Pero ¿siempre siempre?». «La exención de la excepción pertenece a la naturaleza del siempre». «¿Mande?».
El texto entrecomillado tiene su propia puntuación interna, que es independiente de la externa. Ahora bien, la relación entre la puntuación interna y la externa se configura tal y como sigue:
- Independientemente de que el texto entrecomillado abarque todo el enunciado o solo una parte de él, el punto se colocará siempre detrás de las comillas de cierre.2 «No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la discusión y se marchó.
- No importa la acumulación de signos: «¿Dónde te crees que vas?». «Si pudiera decirle lo que pienso realmente…».
«Pues a mí me ha dicho mi primo que no». «¿Tu primo?». «Mi primo sabe mucho». «¿Y a mí qué me importa lo diga tu primo? Dile a tu primo que se lea la Ortografía de la rae de 2010, porque lo pone muy claro». «¿Y tú te la has leído?». «Pues claro». «¿Entera?». «Dos veces». «Ya, seguro, y voy yo y me lo creo». «Pues no te lo creas». «Ah, ¿sí?, ¿y con la coma es igual, eh?, ¿y con el punto y coma, eh, eh, eh? A ver, a ver, dime, listo, que eres un listo».
- Coma, dos puntos y punto y coma, siempre detrás de las comillas de cierre: «No hay mal que por bien no venga», dice siempre. Contestó: «No lo haré»; pero al final los ayudó.
- Si coinciden tras una palabra dos o más signos dobles, se cerrará primero el que se haya abierto en último lugar. «La besó en los cabellos (“Hola, papi”) y se sentó frente a ella».3
«Y si tengo que citar, ¿dónde pongo el numerito? ¿Delante o detrás?». «Para las llamadas a nota hay dos sistemas: el inglés…». «No me gustan los ingleses». «… y el francés». «Pufff, los franceses me gustan menos». «A nadie le importa; de verdad que a nadie le importa». «Listo no, idiota, que eres un idiota».
— Sistema francés: antes de las comillas de cierre si afecta a la última palabra del entrecomillado y después si afecta a todo él.
- El ministro cree que sería bueno un «pacto de mínimos»1. [1. Con la expresión «pacto de mínimos» el ministro se refiere a los acuerdos establecidos con la UE].
- El ministro cree que sería bueno «un pacto de mínimos1». [1. Estos mínimos emanan de la UE].
— Sistema inglés: siempre después del entrecomillado.
- El ministro cree que sería bueno «un pacto de mínimos»1.
El sistema inglés es menos preciso, ya que con él no se aclara si la nota refiere al todo o a la parte. Aun así, el contexto suele deshacer la confusión.
Continúa en La obsesión del corrector: comillas (2.ª parte)